SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO EN LA BASÍLICA CATEDRAL DEL CUSCO
En la celebración se pidió por la Salud del Papa Francisco
El jueves 29 de junio, en la Basílica Catedral del Cusco, tuvo lugar una significativa celebración religiosa en honor a la solemnidad de San Pedro y San Pablo. Mons. Richard Daniel Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano del Cusco, presidió la misa, en la cual se destacó la importancia de esta conmemoración y se incluyeron plegarias especiales por la salud y bienestar del Papa Francisco.
Durante su homilía, Mons. Richard Daniel expresó su alegría al celebrar la solemnidad de los apóstoles San Pedro y San Pablo, un día de gran relevancia en la vida de la Iglesia. El Arzobispo hizo hincapié en comprender la importancia de esta celebración remontándonos a los inicios del mes de junio, cuando concluyó el tiempo de la Pascua y se celebró con regocijo el Misterio de Pentecostés, destacando la acción y presencia del Espíritu Santo.
Mons. Alarcón Urrutia enfatizó que la Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, nacido del Misterio Pascual de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Este nuevo pueblo se forma a través del Sacramento del Bautismo, que otorga una nueva vida en Jesús resucitado. El Arzobispo recordó que todos los miembros de la Iglesia conforman este misterio, que se sostiene sobre dos columnas: la fe y la misión.
Además de la fe, el Arzobispo resaltó la segunda columna de la Iglesia, representada por el apóstol Pablo y su espíritu misionero. Pablo llevó el evangelio por todo el mundo y organizó comunidades cristianas, siendo un ejemplo de la expansión de la fe. En este sentido, Mons. Alarcón Urrutia mencionó el deseo del Papa Francisco de que la Iglesia sea una Iglesia Misionera, en la cual todos los bautizados participen activamente en la acción evangelizadora.
El Arzobispo expresó la importancia de orar por el Papa Francisco, quien ha enfrentado tiempos difíciles, desde la pandemia hasta los desafíos actuales, en los cuales busca guiar a la Iglesia en un mundo que busca alejarse de Dios y construir una sociedad sin valores. Mons. Alarcón Urrutia resaltó la necesidad de renovar la confianza en el Papa, orar por él y apoyarlo en su misión de llevar adelante el mensaje de Cristo