El Cusco vivió un Viernes Santo de recogimiento y profunda devoción
El Cusco vivió un Viernes Santo de recogimiento y profunda devoción
Este Viernes Santo, el Excelentísimo Monseñor Richard Daniel Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano del Cusco, presidió la solemne Celebración de la Pasión del Señor Jesucristo en el Templo de La Merced. La liturgia fue concelebrada por el Rvdo. Padre Pablo Chicata Cárdenas, Comendador de la Orden de la Merced del Cusco, y contó con la presencia de los hermanos mercedarios, la Hermandad, miembros del Cuerpo de Bomberos del Cusco y numerosos fieles que se unieron con devoción.
Durante su homilía el Arzobispo del Cusco nos recordó que el Viernes Santo es un día de profundo recogimiento, silencio y Oración, en el que la Iglesia conmemora con reverencia la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo. Así mismo, nos invitó a contemplar a Jesús Crucificado, a sentir en el corazón su sufrimiento y el de tantos hombres y mujeres que hoy también cargan su cruz. Por otro lado, hizo un llamado a los fieles a no ser indiferentes frente a tanto sufrimiento por la que pasan las familias, la sociedad y otros países que actualmente están en guerra. Este viernes Santo nos llama al arrepentimiento, a la conversión y a vivir con compasión y esperanza.
Durante la celebración, se realizó la Adoración de Jesús Muerto en la Cruz, un momento cargado de Fe y emoción en el que centenares de fieles se acercaron a besar con humildad y devoción los pies de la Imagen Sagrada de Cristo Crucificado.
Al finalizar, se llevó a cabo la Procesión del Santo Sepulcro y la Virgen Dolorosa, que recorrió las calles del centro histórico de la ciudad del Cusco, acompañada por una multitud de fieles. Este gesto de Fe viva nos recordó el dolor de María y el sacrificio de Jesús, renovando en el corazón de los creyentes el llamado a vivir una vida más humana, solidaria y comprometida con la paz.