Desde el Aula Pablo VI en el Vaticano, Mons. Lizardo Estrada Herrera OSA, Obispo Auxiliar del Cusco y Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), participó activamente en la apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en su 1ª Congregación General. Este importante evento eclesial reúne a líderes de la Iglesia Católica de todo el mundo para abordar temas cruciales de la fe y la vida de la Iglesia en la actualidad.

En su homilía en la Misa de apertura de la Asamblea General Ordinaria, el Papa Francisco instó a los participantes a enfrentar los desafíos y problemas contemporáneos no desde la división y el conflicto, sino dirigiendo su mirada hacia Dios, con el objetivo de ser una Iglesia que escucha, dialoga y no divide. El Pontífice hizo un llamado a imitar el ejemplo de San Francisco de Asís, quien llevó el Evangelio a todos con una actitud de humildad y amor.

El Papa Francisco enfatizó que la mirada de Cristo es una mirada de bendición, incluso en medio de la adversidad, y que esto nos llama a ser una Iglesia que contempla la acción de Dios y discierne el presente sin caer en la división, la ideología o la complacencia. La Iglesia, según el Papa, debe volver a poner a Dios en el centro de su visión y ser una Iglesia acogedora, especialmente hacia los más necesitados.

El Santo Padre advirtió contra las tentaciones de la rigidez, la tibieza y el cansancio en la Iglesia y alentó a seguir el ejemplo de San Francisco de Asís, quien abrazó la humildad y la unidad en un momento de divisiones y luchas. Además, recordó que el Sínodo es un llamado a la purificación y la renovación de la Iglesia, reconociendo que todos somos pecadores perdonados que necesitan volver a Jesús y seguir el camino del Espíritu.

El Papa Francisco concluyó destacando que el Sínodo es un evento en el Espíritu Santo, un lugar de gracia y comunión, no una reunión política o polarizada. Hizo un llamado a abrirse a la acción del Espíritu Santo y a permitir que Él sea el protagonista del Sínodo.

En esta XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, líderes de la Iglesia Católica de todo el mundo se reúnen con el propósito de abordar cuestiones vitales para la fe y la vida de la Iglesia, guiados por la mirada de bendición y acogida de Jesús, y con la esperanza de construir una Iglesia unida y fraterna en servicio a la humanidad.