ARZOBISPO DEL CUSCO APERTURÓ NUEVOS AMBIENTES Y BENDIJO PILA BAUTISMAL EN EL TEMPLO CRISTO POBRE DE LA RECOLETA
El jueves 24 de marzo Mons. Richard Daniel Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano del Cusco presidió una Santa Misa en el Templo Cristo Pobre de Recoleta, dedicada a la bendición de la pila bautismal del Templo, así como la habilitación y bendición del claustro de San Francisco Solano, llamado así porque el Santo vivió en este espacio del convento en tiempo en el que desarrolló su misión evangelizadora en estas tierras.
Mons. Richard Daniel inició su homilía, saludando a toda la comunidad Franciscana presente en el convento y la parroquia Cristo pobre de Recoleta, dijo que, la Iglesia está viviendo el tiempo de la cuaresma, un tiempo muy importante y la pila bautismal que fue bendecida, está vinculada a todo lo que sucede en la cuaresma; por ello es importante resaltar que la bendición es un signo pascual, y la pascua es la meta de la cuaresma.
La pascua del Señor es su pasión, es su muerte y es su resurrección y la vigilia pascual es la celebración del triunfo de Jesús sobre la muerte y el pecado, y se celebra la renovación de nuestras promesas bautismales, en ese sentido la fuente bautismal que se bendijo siempre será el anuncio de la vida nueva. La fuente bautismal recordará el proceso constante de conversión de todo cristiano, no puede haber vida nueva sin un proceso de conversión, por lo que es muy significativo consagrar la pila bautismal.
Cuando recibimos el bautismo entramos a una Iglesia local y concreta, somos Iglesia local de Cusco, de nuestra arquidiócesis todos los que nacen del bautismo por medio de esa fuente. Al bendecir esta fuente tenemos que recordar con alegría y ánimo que somos parte de la gran familia Arquidiocesana de Cusco, la fuente bautismal es la fuente de la vida donde nacen los hijos de nuestra Iglesia para ser Iglesia. La fuente bautismal también nos recuerda la catequesis, porque para llegar a la fuente bautismal elegimos un camino de preparación y a partir del bautismo recibido, tenemos un largo camino para poder tener una vida cristiana.
Al finalizar pidió al Señor que bendiga a la comunidad parroquial, a las comunidades franciscanas y que unidos todos en la Iglesia Cusqueña tratemos de responder al Señor la con fidelidad que nos pide para estos tiempos de COVID.