El pasado 2 de febrero, en el Templo de la Compañía de Jesús, se llevó a cabo la celebración de la Jornada de la Vida Consagrada, presidida por Mons. Richard Daniel Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano del Cusco. La Eucaristía contó con la participación activa de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Cusco (CONFER), congregando a miembros de diversas órdenes y congregaciones religiosas de la Arquidiócesis.

Durante su homilía, Mons. Richard Daniel Alarcón Urrutia destacó la importancia de esta jornada como un momento propicio para expresar gratitud al Señor por el don de la vocación a la vida consagrada en la Iglesia. Asimismo, extendió un afectuoso saludo a todas las familias religiosas que contribuyen al crecimiento espiritual de la comunidad diocesana del Cusco.

El Arzobispo Metropolitano expresó su reconocimiento y agradecimiento hacia las congregaciones religiosas, especialmente hacia aquellas dedicadas a la vida contemplativa, cuya oración sostiene el espíritu de la Iglesia. También reconoció la labor de las Ordenes, congregaciones e Institutos de vida consagrada y de vida discipular presentes en la arquidiócesis, resaltando su invaluable contribución al camino de la vida religiosa.

En su mensaje, Mons. Alarcón Urrutia reflexionó sobre el llamado de Jesucristo a ser luz para el mundo, enfatizando que los consagrados y consagradas tienen la responsabilidad de irradiar la luz de Cristo a través de sus actitudes y compromiso con el Señor y su pueblo. Asimismo, instó a todos los presentes a ser portadores de esta luz divina, llevándola a quienes los rodean.

La Jornada de la Vida Consagrada coincide con la celebración de la Presentación del Señor, recordando el llamado universal a seguir a Cristo y a ser testigos de su amor y salvación en el mundo.