La capilla del Seminario San Antonio Abad del Cusco fue el escenario de la Misa de Clausura del Retiro de CONFER Cusco y el cierre de la Semana de Discernimiento Vocacional el 09 de febrero.

Mons. Richard Daniel Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano del Cusco, presidió la celebración, acompañado por el P. Jorge Bautista, Rector del Seminario, el P. Antonio Ttito, Director de Estudios del Seminario Propedéutico, el P. Roy Aroni Peralta, Director Espiritual y Director de Estudios del Seminario y el P. Jorge Beneito, director de la Comisión de Laicos de la Arquidiócesis. Participaron 13 hermanas consagradas y jóvenes de distintas decanaturas en búsqueda de su vocación sacerdotal.

En su homilía, Mons. Richard reflexionó sobre las vocaciones, instando a las hermanas consagradas y a los jóvenes a escuchar la voz de Dios que los llama al camino religioso. Destacó la importancia de hacer de Jesús un camino de vida, tanto en la vida religiosa como en la cotidiana.

"Hoy escuchamos la voz del Señor que nos dice: Sígueme. Esta voz nos invita a iniciar la vida sacerdotal y a las hermanas, les muestra la correspondencia de su presencia en ellas", expresó Mons. Richard.

El Arzobispo exhortó a todos a hacer de Jesús un camino de vida, no solo en la vida religiosa, sino también en lo cotidiano. Concluyó citando el relato de San Marcos: "Todo lo ha hecho bien", destacando que Jesucristo nos enseñó el camino de la santidad y que la vida consagrada es un testimonio de su obra redentora.

Tanto la Misa de Clausura del Retiro de CONFER Cusco y como el cierre de la Semana de Discernimiento Vocacional fueron eventos significativos para la Iglesia cusqueña que reunieron a hermanas consagradas y jóvenes en búsqueda de su vocación religiosa. La reflexión sobre las vocaciones y el llamado de Dios a seguir el camino del sacerdocio, impartida por Mons. Richard, subrayó la importancia de hacer de Jesús un camino de vida en todas las esferas. Estos eventos no solo fortalecieron la fe de los participantes, sino que también sirvieron como testimonio de la presencia continua de Dios en sus vidas.