El último martes 12 de diciembre, la feligresía cusqueña se unió a la Santa Misa en honor de la Virgen de Guadalupe en la parroquia "Santa María de los Andes" de Wanchaq. La emotiva e importante celebración fue presidida por Monseñor Richard Daniel Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano del Cusco.

Al iniciar su homilía, Monseñor recordó su 47.º aniversario de ordenación sacerdotal y agradeció a la Virgen de Guadalupe por la inspiración para consagrarse como Arzobispo del Cusco. Durante su homilía, narró la historia de la Virgen de Guadalupe y cómo Ella se apareció en el año 1531 a un joven indio llamado Juan Diego, mostrándole los misterios de la fe a través de las rosas que cosechó.

"Ella no es como otras vírgenes que nos miran de frente; Ella mira su vientre, anunciándonos que el Mesías ya está cerca para la salvación del mundo", indicó Monseñor, destacando la profundidad y el significado de la Sagrada Imagen; dándonos a conocer que la Virgen de Guadalupe es un símbolo de Adviento, mientras esperamos el nacimiento de Jesús.

Al finalizar la homilía, destacó la labor familiar y el deber de los padres para encaminar a los jóvenes y niños en la vida católica de buenos actos y acciones. "Todo viene y todo pasa, la Virgen pide paz, esperanza y volver a la Santidad familiar", resaltó el Arzobispo al invitar a la feligresía a aferrarse al amor de la Virgen y al amor de Dios para solucionar los problemas y carencias sociales.

La celebración culminó con la presencia de mariachis que, junto a la feligresía, cantaron y honraron a la Patrona de América Latina.