El 24 de junio, en la Basílica Catedral del Cusco, Monseñor Richard Daniel Alarcón Urrutia presidió la Santa Misa Tedeum en honor a las fiestas del Cusco. Esta Eucaristía contó con la participación de las principales autoridades civiles, militares y policiales del Cusco.

En su homilía, Monseñor Richard Daniel destacó que Dios nos ha regalado una hermosa tierra y una gloriosa historia que debe ser nuestro orgullo, así como una profunda fe que es fundamental en la vida del Cusco.

El Arzobispo expresó su agradecimiento a Dios por habernos dado la posibilidad de seguir viviendo a pesar de las secuelas de la pandemia. Reconoció que nos encontramos en una realidad que necesita ser reconstruida y resucitada, pero enfatizó que Dios no nos ha abandonado, sino que ha caminado con nosotros.

Monseñor hizo referencia a los desfiles que se vivieron todos estos dias en la plaza del Cusco, hizo hincapie en que detrás de cada uno de ellos se encuentra el Cusco de hoy, y debemos escuchar el grito silencioso por la vida y la paz. Los niños, los jóvenes y las familias nos han expresado su deseo de vivir en paz, y Monseñor invitó a elevar nuestra plegaria a Dios para que sustente nuestra vida y nos brinde la oportunidad de vivir mejor, basándonos en nuestros valores cristianos.

Nuestro Pastor llamó a todos a contribuir y aportar su granito de arena para vivir como hermanos, promoviendo el diálogo y la concertación. Enfatizó que esta bonita fiesta jubilar no debe terminar sin que nos comprometamos con nuestra tierra desde cada uno de nuestros roles, tanto desde las autoridades como desde las familias. Es necesario reconstruir ese Cusco que busca la paz y la fraternidad.

Este mensaje de Monseñor Richard Daniel resalta la importancia de la fe, la reconstrucción y la búsqueda de la paz en el contexto de las celebraciones en honor a las festividades del Cusco.