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HOMILÍA DE LA APERTURA DEL AÑO MISIONERO DEL COMPROMISO SOCIAL

Arquidiócesis
23 Enero,2022
09:38:09 AM

Un saludo cariñoso y fraterno, en primer lugar a las autoridades que nos acompañan en esta Santa Misa, a todos los Padres Decanos, que concelebran conmigo la Eucaristía, a todos los representantes de las diversas comisiones pastorales de nuestra arquidiócesis y a todos los que nos acompañan esta tarde presencialmente y especialmente mi saludo a todos los que están conectados a través de los canales de televisión y de las redes sociales, desde aquí mi saludo cariñoso a todas las comunidades parroquiales de nuestra Arquidiócesis del Cusco.

 

Como Jesús de Nazaret quién en la sinagoga, leyendo la Palabra de Dios, proclamó solemnemente su misión evangelizadora, hoy nos hemos reunido en nuestra Basílica Catedral del Cusco, justamente en el día de la Palabra de Dios, para poder dar apertura a nuestro “Año Misionero del Compromiso Social”, en toda nuestra Iglesia Arquidiocesana del Cusco.

 

El año pasado dedicamos el Año Misionero a la Iniciación Cristiana, a la formación de nuestros discípulos misioneros, en nuestros niños, nuestros adolescentes, nuestros jóvenes, nuestros adultos y ese proceso ya está en marcha. A partir de este año hay un nuevo proyecto catequético en todas nuestras parroquias.

 

Este año 2022 está dedicado al Compromiso Social y tiene como objetivo iniciar en cada comunidad parroquial, una CÁRITAS parroquial, que pueda desarrollar una pastoral social al servicio de los más pobres, de los más excluidos de la comunidad de todas las 85 parroquias a nuestro cargo en nuestra arquidiócesis. Por eso quisiera en primer lugar, pedir a todos, para que hagamos de este Año Misionero un Año de Gracia del Señor, así como hemos escuchado en el evangelio, en el que Jesús proclama el año de gracia con su presencia y el inicio de su misión en el mundo, así  nosotros estamos llamados a hacer de este año 2022 un Año de Gracia del Señor, una gracia que necesitamos para poder asumir con mucha responsabilidad y dar inicio al proceso de una Pastoral Social en toda nuestra Iglesia Local, en todas nuestras parroquias, en todas nuestras instituciones, en todas las organizaciones eclesiales y sociales.

 

Que este año ningún cristiano católico se sienta eximido de participar en este compromiso: todos estamos invitados a ser agentes activos de la pastoral social de nuestra iglesia, una pastoral social que en primer lugar nace, brota, como de una fuente, de la Palabra de Dios, enraizada en el mensaje de la Palabra de Dios. Todo ese caminar del pueblo de Israel, acompañado por los profetas, por toda la experiencia de Jesús de Nazaret, qué pasó por el mundo haciendo el bien, enseñando a los hombres el amor a Dios y al prójimo, mis hermanos, son la fuente que inspira nuestra pastoral social.

 

La iglesia no tiene por qué entrometerse en la política. La iglesia no tiene un proyecto de orden político, no buscamos hacer política. Nuestra Iglesia tiene la fuente de la Palabra de Dios que ilumina el compromiso social de la evangelización. Por eso, en este día solemne de la Palabra de Dios, queremos iniciar este proceso anclados, enraizados, en el evangelio, en la doctrina social de la iglesia, en el magisterio social. De la riqueza de nuestra doctrina a lo largo de estos más de 20 siglos presentes en el mundo, logramos una pastoral social destinada a anunciar el evangelio a los pobres. Desde ya nos conectamos con el pedido del Papa Francisco: ser discípulos misioneros en salida, en salida misionera.

 

Hoy nos comprometemos a ser todos anunciadores del mensaje de esperanza, de la Palabra de Dios a quienes más lo necesitan, nuestros hermanos que viven sumidos en la pobreza, en la marginación, en la exclusión, en los que están más alejados en las periferias no solamente territoriales, sino también existenciales, una pastoral social que este dedicada cómo es la misión de Jesucristo a curar a los enfermos, a dar libertad a los oprimidos, a darle la vista a los ciegos, a devolverle la dignidad de hijo de Dios a quienes hoy se les niega ya sea por su condición de exclusión o marginación.

 

Estamos llamados también a proclamar el año de gracia para una ecología integral, a favor del hombre y de la casa común que Dios nos ha dado, es decir, una pastoral social que integre toda realidad humana y toda realidad social. Ninguna debe de ser excluida de esta corriente motivadora y misionera de la pastoral social de nuestra iglesia.

 

Una Pastoral social tiene y debe de ser profética, atenta a las necesidades y a las realidades que estamos viviendo. El profeta es aquel que anuncia el Reino de Dios y aquel que denuncia todo aquello que destruye el Reino de Dios. Una Pastoral social busca una sociedad más humana, más cristiana, más justa. Se trata de una pastoral social que nos invita a poner en práctica  las obras de misericordia, pues como decía el Papa Benedicto XVI, la iglesia tiene tres componentes constitutivos: la catequesis, la liturgia y la caridad.

 

Una iglesia sin pastoral social pierde identidad, no es la iglesia de Jesucristo. Por eso es urgente asumir este compromiso a partir de este año, no solamente dedicado a lo que vamos a hacer en un conjunto de actividades, sino a iniciar un proceso de compromiso social, donde la iglesia sea la protagonista y también la destinataria de un bien social para los demás.

 

Todos nosotros estamos invitados a responder a este llamado de ser una iglesia, como hemos puesto en el lema de este año misionero: somos discípulos misioneros de una iglesia samaritana, que sale en búsqueda de aquel hermano que está caído, de una iglesia solidaria que busca despertar el espíritu de compartir, para dar respuesta a la problemática social como una iglesia activa, profética, que dé respuesta con la voz originada en la doctrina social de la iglesia a las realidades que estamos ahora viviendo. Todos somos discípulos misioneros en salida. Es el pedido del Santo Padre, nosotros le decimos al Papa Francisco: queremos ser discípulos misioneros, pero en una iglesia samaritana, en una iglesia solidaria y en una iglesia profética.

 

Cada mes tendremos la oportunidad de abrir nuestros ojos a un rostro sufriente de Cristo hoy. Cada mes está destinado a una realidad social: febrero los enfermos, marzo la mujer, mayo el compartir y así cada mes hasta el fin del año; en el mes de noviembre concluimos organizar una semana social y celebrar la Jornada Mundial de los Pobres.

 

Todo esto será una oportunidad para poder dirigir nuestra mirada a estos rostros sufrientes de Cristo, que hoy nos acompañan. Como dice el Papa Francisco, la iglesia tiene que tocar las heridas de Cristo para sanarlas y curarlas, y poder responder con acciones concretas de amor de servicio y de solidaridad. Todos estamos convocados y comprometidos con un trabajo no destinado solamente a unos cuantos. Todos los miembros de la iglesia tenemos que asumir la pastoral social como hemos escuchado en la segunda lectura del apóstol Pablo. Las partes del cuerpo son muchas pero el cuerpo es uno solo y todos estamos llamados a asumir la pastoral social: cada familia, cada institución en la que esté presente un cristiano tiene que realizar una acción de Pastoral social en favor de sus hermanos.

 

Por eso, hoy les pido 3 actitudes fundamentales para este año: ojos para ver, oídos para escuchar y manos para actuar. Ojos con los que podamos ver la realidad que nos rodea y dónde están los rostros sufrientes de Cristo. Oídos para escuchar los clamores de nuestro pueblo que busca justicia, atención, comprensión inclusión y poder responder a estos clamores, no solamente de la sociedad, sino también de la tierra que hoy grita por ser atendida, salvada y protegida. Últimamente hemos tenido un huayco en Machupicchu, hemos tenido un desastre ecológico con el derramamiento del petróleo, cuantas cosas estarán sucediendo a nuestro alrededor y somos sordos al clamor de la naturaleza que pide una atención, un cuidado y una protección.

 

Manos dispuestas para actuar. La pastoral social no puede quedarse en bonitas palabras y en bonitos deseos, se tiene que concretar en hechos que se puedan ver, tocar y sentir. Por eso las manos de la pastoral social serán las Cáritas parroquiales, donde todos los cristianos participantes en sus comunidades responderán a esta realidad que les golpea y que les exige una respuesta. La pastoral social es tarea de todos, de todos para el bien de nuestro pueblo en el nombre del Señor, de nuestro Taytacha de los Temblores, que fue hasta la Cruz para demostrar hasta dónde es el límite del amor. Que Él nos inspire a todos a entregarnos, a trabajar unidos en esta misión que recibió Jesús el día se proclamó su misión en la sinagoga de Nazaret, a ser anunciadores del evangelio, constructores del Reino de Dios.

 

Que el Señor y nuestra Madre Santísima nos acompañen, y damos por aperturado el “Año Misionero del Compromiso Social” en todas nuestras parroquias y en todas nuestras organizaciones eclesiales y sociales.

AÑO MISIONERO DEL COMPROMISO SOCIAL